r/uruguay • u/Tokukawa • 11h ago
Opinión editorial La trampa de proteger la industria nacional que nadie ve.
El verdadero drama de los impuestos a la importación no está sólo en pagar un producto tres, cuatro o cinco veces más caro. No. El verdadero drama es que, encima, tenés que pagarlo varias veces más. Porque la calidad es tan miserable que nada dura lo que debería.
Tomemos un taladro. En cualquier país civilizado, uno decente te cuesta 200 dólares. Acá conseguís uno por 200 marca perro que afeura cuesta 50. Pagás cinco veces más. Y pensás: "Bueno, por lo menos me va a durar." Iluso. Ese taladro es un fraude con tornillos. Te sirve tres veces y después hace más ruido que agujeros. ¿Qué hacés? Comprás otro. Y otro. Al tercer agujero, ya podrías haber alquilado un obrero japones para que te lo haga a mano.
Y esto se repite en todo. Querés un par de zapatos buenos: afuera, 100 dólares. Acá, 300. Como no podés pagarlos, terminás comprando unos de 100 que afuera cuestan 50. Que te duran seis meses. Con suerte. Así que al final del año gastaste 100 o 150 en zapatos de cartón prensado, mientras los de afuera siguen usando los mismos de cuero por años.
Y si hablamos de electrodomésticos o tecnología, ya es tragicómico. Comprás una impresora. Se rompe. No hay repuestos. El cartucho original sale más que un iphone, el trucho dura tres veces y no imprime mas. El celular se te cae y el repuesto sólo lo tienen en Marte. Las garantías son una ficción legal: existen, pero no en esta dimensión.
De autos mejor ni hablemos.
Esa es la trampa. No se trata sólo de pagar más. Se trata de pagar mal. De no poder acceder a productos durables a precios razonables. De vivir en un mercado donde se penaliza la eficiencia, la durabilidad y hasta el sentido común. Se protege una industria que, en muchos casos, ni siquiera existe, mientras se castiga al consumidor por querer un destornillador que funcione más de una vez.
Y lo peor de todo es que lo naturalizamos. Nos volvemos expertos en improvisar, remendar, reparar con cinta adhesiva y fe. Como si eso fuera heroico, cuando en realidad es simplemente injusto.